¿Quién es el emprendedor?
Cuando nos hicimos esa pregunta encontramos diversas respuestas, unas más complejas que otras. Algunas hablaban de “aquellos que provocan inestabilidades en los mercados”, otras de “hacer más eficiente la red comercial”, otras de cumplir y materializar sueños, algunas se referían a una alternativa de independencia, el emprendedor como el jefe de sí mismo, etc. Buscamos entonces patrones comunes. Qué hacían en particular estas personas paraqué dijéramos que eran emprendedoras.
En el post anterior hablé sobre la conciencia del emprendedor, aquel espacio interno que lo llevaba a actuar, lo movilizaba. Sin embargo, si ese espacio no se traduce en un hacer particular, es sólo una intención. Lo interior sin una manifestación en la acción es puro discurso. Encontramos entonces algunos patrones en las acciones. Todos aquellos que otros definían como emprendedores hacían algunas cosas en particular que los hacía merecedores de ese juicio. Empezamos a ver también que el emprendimiento no eran tipo de acción circunscrita al mundo empresarial, sino que esas conductas aparecían en diversos dominios: en lo social, político, familiar, cultural, etc.
En todas partes hay personas emprendiendo. Los emprendedores planifican, corren riesgos, se hacen cargo de sus éxitos y fracasos, se comprometen y cumplen sus compromisos, generan redes, aprovechan y visualizan oportunidades y sobre todo aprenden en el proceso. Cuando pongo esas acciones al servicio del resultado que quiero lograr, comienza a existir una conexión, un correlato, entre lo que hago y el resultado buscado. Y cuando eso está alineado con mis valores, con el respeto por la comunidad en la que participo y el entorno en que habito, y conectado con aquello en lo cual soy un regalo para el mundo, empieza a aparecer un tipo de emprendimiento que no sólo es para que yo disfrute de sus resultados, sino también todos aquellos que me rodean. Ejemplos de emprendedores tenemos en lo cotidiano, en el día a día y en distintas escalas. Desde las personas que frente a cualquier evento masivo terminan haciendo y vendiendo chapitas, posters y de más es aprovechando la oportunidad para llevar sustento a sus familias, pasando por los líderes del movimiento estudiantil abriendo un mundo de posibilidades para la sociedad entera hasta la labor sostenida de Un Techo para Chile, recientemente premiados por su labor.
La gran diferencia entre emprender y emprender integralmente radica en que en este último la persona pone la acción en conjunto con su propio don, aquello donde brilla, donde mejor sabe hacer, donde se siente orgulloso de sí mismo, y por lo tanto comienza a ser un ejemplo para otros. Cada vez que emprendo integralmente posibilito una nueva forma de habitar.
Al final, se trata de poner en acción el don que tengo, al servicio de lo que me mueve, conectado con los demás y con el entorno. ¿Al servicio de qué pones tu donen acción?