El mostrador: Una nueva constitución y una nueva elite.

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«Quien vaya a ganar las próximas elecciones es relevante, sin duda. Pero lo más importante es que quien triunfe cuente con suficiente visión política, competencias, equipos, sustento político, liderazgo y valentía para conducir un proceso que permita construir colaborativamente una visión del país en que queremos vivir, y dar los primeros pasos para plasmarla, de la mano de la habilitación de una Nueva Élite».

¿Cómo elaborar una nueva Constitución? Claramente, no mediante acuerdos negociados políticamente, tampoco intentando negociaciones con el mundo empresarial, y tampoco desde el mundo académico.

Recordemos qué piensan las personas en relación con el cambio de la Constitución Política. Ante la pregunta “¿qué método consideras que es mejor?”, un 59% considera “la alternativa de convocar una Asamblea Constituyente”, mientras un 18% afirma “el actual método de cambio constitucional que ha comenzado con los cabildos”, y un 23% respondió “no lo sé” (encuesta CISEC USACH primer semestre 2016).

En nuestro entendimiento, detrás del concepto de Asamblea Constituyente como mecanismo de cambio constitucional (y que realmente poca gente entiende a cabalidad lo que es) no hay solo una afirmación, sino también una negación: “NO quiero que lo hagan los que están ahora, porque desconfío de ellos, porque son la élite que desprecio, y se van a autorreproducirse; cualquier otra cosa será mejor. Que vengan los nuevos”. Legitimidad versus la gobernabilidad: tenemos un dilema del tipo “qué es primero, el huevo o la gallina”.

La propuesta es: cambiamos la Constitución (cómo nos concebimos como sociedad) mientras cambiamos a quienes la diseñan (la élite emergente); abordamos la Segunda Transición que Pablo Reyes planteó en una columna en El Mercurio de Valparaíso hace un año y medio. La Nueva Constitución es el instrumento que utiliza la sociedad para generar una Nueva Élite.

En Islandia se utilizó el modelo evolutivo cultural para desarrollar la nueva Constitución. El foco integrativo del modelo permitió liderar una asamblea compuesta por 1200 ciudadanos escogidos al azar y 200 miembros de organizaciones, lográndose definir un propósito común que unificó a las dos facciones sociales que se enfrentaban en ese momento. A partir de esta iniciativa se realizó el rediseño de 9 pilares fundamentales para una nueva Constitución, que incluyeron educación, salud, legislación, negocios, etc., sobre la base de los nuevos lineamientos y valores declarados durante la asamblea.

Si bien este tipo de diseño asusta (porque amenaza) a la actual élite, la pregunta es si esta élite podría dar con una alternativa de legitimación de liderazgos y sistema político mejor que esta (que no sea su propio intento de legitimarse, o que no sea leído de ese modo).

Ad portas de una nueva carrera presidencial que ya comienza, varios(as) candidatos(as) aparecen en el horizonte. Sus desafíos no son pocos, pero el premio es mayor: pasar a la historia habiendo conducido con éxito el proceso que dará paso a una nueva etapa evolutiva de Chile, en que las turbulencias del presente abran paso a un camino clarificador, con un propósito común: compartir la visión del país en que queremos vivir y plasmarla en la Constitución del Futuro.

La forma en que, pensamos, puede ser llevado a cabo este proceso, ya la hemos planteado, tanto en el libro La Nueva Élite como en el ensayo “No nos gusta el Chile que habitamos”.

Para conducir una campaña y ganar, los(as) candidato(as) deberán comprender y dar cabal cuenta de la etapa evolutiva en que vivimos, entendiendo lo que las personas esperan de ellos(as) sin equivocar el diagnóstico, como muchas veces ha sucedido.

Quien vaya a ganar las próximas elecciones es relevante, sin duda. Pero lo más importante es que quien triunfe cuente con suficiente visión política, competencias, equipos, sustento político, liderazgo y valentía para conducir un proceso que permita construir colaborativamente una visión del país en que queremos vivir, y dar los primeros pasos para plasmarla, de la mano de la habilitación de una Nueva Élite.

Daniel Fernández Koprich

Director Ejecutivo de Memética

Ex presidente de directorio de Metro, ex gerente general Enap, ex director ejecutivo TVN

Pablo Reyes A.

Ingeniero

Director de Plataforma Áurea

Académico Universidad Adolfo Ibáñez, investigador asociado en el Instituto de Sistemas Complejos de Valparaíso.

Coautores del libro «La nueva élite: la transición evolutiva de la sociedad chilena»

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